¿Por qué es importante el primer día de clases?

Cuando vamos a iniciar un año escolar no es raro hacernos esta pregunta, porque es uno de esos momentos que marcarán la ruta de lo que serán los siguientes días, guardado en la memoria de nuestros estudiantes como aquella primera cita en la que dejamos diferentes impresiones y la oportunidad para comenzar una buena relación.

Aparte de esta inquietud, antes de enfrentarnos al primer día de clases, también nos preguntamos:

  • ¿Cómo serán mis estudiantes?

  • ¿Qué quiero lograr en este primer encuentro?

  • ¿Cómo puedo mantener la atención de mis estudiantes durante toda la jornada?

  • ¿Qué estrategias debo diseñar para conocer a mis estudiantes y que ellos también me conozcan?

  • ¿Cómo crear un ambiente agradable que me permita conectarme afectivamente con mis estudiantes y a la vez ofrecer la posibilidad de crear normas y acuerdos de manera colectiva para nuestros próximos encuentros?

  • ¿Cómo promover la participación activa y qué espero de ellos?

  • ¿Qué forma es la más propicia o indicada para organizar el salón de clase?

  • ¿De qué manera ofrezco las indicaciones para que mis estudiantes conozcan lo que espero de ellos, tanto en convivencia como en el contenido del curso?

  • ¿Qué clase de recursos debo preparar para organizar las diversas actividades propuestas para ese primer día?

  • ¿Cómo puedo aprender de mis estudiantes?

  • ¿Qué estrategias debo utilizar para motivarlos a aprender?

Seguro que a ti se te ocurrirán muchas más, porque cada encuentro con los estudiantes es una aventura llena de desafíos y experiencias por descubrir.

El primer día de clase, todo un desafío

¡Así es! Es un reto no solo para ti como docente, sino para tus estudiantes. Algunos llegarán con muy pocos ánimos después del receso de vacaciones; otros, por el contrario, expectantes con un sinnúmero de preguntas; pero también encontrarás aquellos estudiantes cargados de sueños y motivos por descubrir todo lo que pueden conquistar a lo largo del año escolar.

¡No te inquietes!

Te he preparado algunas sugerencias producto de mi ejercicio como maestra, que durante varios años me han permitido reflexionar, tener cada detalle preparado para esa gran ocasión y, en especial, disfrutar en cada momento la experiencia de “mi primer día de clase”.

  1. Inicia con una sonrisa: Conquista su corazón con la magia de tu sonrisa, nunca lo olvides, es una de las cosas que más valoran tus estudiantes y es la forma como construyes ese puente afectivo y de confianza con ellos.
  2. Planifica tu clase: Prepara cada detalle con objetivos específicos y anticipa los recursos y elementos requeridos. Recuerda que la planeación de la clase es una herramienta poderosa con la que cuentas para desarrollar propuestas que dinamizan las actividades.
  3. Plantea una dinámica de presentación: Los primeros minutos son muy importantes para que tus estudiantes se conecten contigo. Preséntate e invítalos a que ellos también se presenten mediante una divertida dinámica rompehielo.
  4. Organiza el espacio: La distribución de los pupitres o sillas es muy importante. Organiza tu espacio de tal manera que todos puedan ver sus rostros y, en especial, tener contacto visual.
  5. Establece normas y acuerdos de grupo: Es importante que construyas con tus estudiantes las condiciones mínimas para desarrollar las actividades de clase. Te invito para que formules las siguientes preguntas:

-¿Qué acuerdos creen ustedes que se necesitan en el salón de clase para tener una buena relación y aprender durante el año?

-¿Cómo les gustaría ser tratados?

– ¿Qué palabras mágicas podrían emplear?

Una vez establecidos los acuerdos, invítalos a reflexionar sobre ellos.

  • Construye una comunicación afectiva: Desde el inicio del encuentro procura establecer un trato personalizado con los estudiantes: recuerda cada nombre, pregúntales cómo les gustan que los llamen y cuando te dirijas a un estudiante, pídele que te mire a los ojos mientras le hablas, hazlo sentir que es muy importante y que siempre puede contar contigo.

  • Precisa expectativas: Plantea en conjunto una actividad que permita dialogar sobre lo que esperas de ellos y, en especial, lo que ellos esperan de ti y de la clase. Te sugiero iniciar con las siguientes preguntas y realizarlo de manera individual y colectiva.

    ¿Qué quieres aprender durante este año?

    ¿Qué vas a ofrecer para que tus sueños y deseos se lleven a cabo?

  • Evalúa y reflexiona: Al final de la jornada es importante que dispongas este espacio para evidenciar el logro de tus propósitos. Este es el momento perfecto para que ellos expresen cómo se sintieron durante ese “primer día”. Para ello, te invito a formular las siguientes preguntas:

    – ¿Cómo se sintieron?

    – ¿Qué aprendieron?

    – ¿Qué sugerencias tienen para el próximo encuentro?

Así que tómate el tiempo necesario para conocerlos y entender cuáles son sus gustos, talentos, sueños y aspiraciones. Ya verás que al lado de tus estudiantes vas a aprender todos los días, ellos son una fuente inagotable de sabiduría e inspiración, que nos motiva a descubrir un mundo lleno de infinitas aventuras.

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